Historia

El nacimiento de esta asociación se remonta a 1559 y estaba localizada, originariamente, en la sede episcopal de aquel momento -hoy parroquia de Santa Cruz-, donde no queda rastro alguno de la misma. Su sede cambió a la parroquia de San Antonio, y allí se mantiene en la actualidad, aunque quedan elementos vinculados a la devoción que promovían en otros templos de la capital.

La documentación más útil que hemos podido encontrar para entender el funcionamiento de esta hermandad y algunos detalles sobre la misma es el texto fechado en 1920 donde se recogen sus estatutos.

En primer lugar, queremos destacar que, al considerar el sacrificio de la misa como el más importante sufragio que los vivos podían ofrecer a favor de las almas penitentes, no resulta extraña esta unión entre dos corporaciones dedicadas a mantener y extender la devoción por el Santísimo Sacramento y las ánimas benditas, y precisamente los aludidos estatutos señalan que el principal objetivo de esta congregación, además de ofrecer el correspondiente culto al Santísimo, era recoger limosna para hacer frente al sufragio del mayor número posible de misas de ánimas que, por otra parte y debido a la creencia de que no siempre Dios admitía las ofrendas hechas y tal vez la que se omitía era precisamente la que el Señor estaba esperando, se multiplicaban en funerales, misas del día siguiente, de réquiem, memorias, capellanías perpetuas o aniversarios, etc.

Así, el segundo de ellos exigía a aquellos que pretendieran ingresar en la esclavitud que su edad no superase los sesenta años, que hubieran llevado y mantuviesen una vida de buenas costumbres, asistieran con puntualidad a los actos relacionados con el Santísimo Sacramento y rogasen por las ánimas del purgatorio